El canto de Ofertorio
1. Presentación de dones
Nos ponemos ante ti
¿Canto de ofertorio o canto de presentación de dones?
Durante mucho tiempo, quienes cantamos en Misa hemos empleado mal el lenguaje al decir: el canto de ofertorio. Este momento litúrgico trata de la presentación de dones, no de la ofrenda del sacrificio de Cristo que se realiza a través de la Plegaria eucarística. Hasta este momento el pan y el vino son únicamente dones que el pueblo congregado presenta al Señor para ser ellos, más tarde, el Cuerpo y Sangre del Señor. Estamos solamente preparando los dones, así como Cristo lo hizo. Además del pan y del vino, tiene cabida otras posibles ofrendas. Puesto que no podemos arrancar nuestro corazón y depositarlo sobre el altar, damos algo nuestro, como el dinero o las cosas materiales. En este momento tu propia vida es la que entregas el Señor, tus sueños, tus anhelos, tus problemas y también tus miserias, porque cuanto más valioso sea nuestro obsequio, más expresará nuestro amor.
¿Qué función tiene el canto de la presentación de dones?
Está colocado entre la Liturgia de la Palabra y la Plegaria eucarística. Es un momento menos intenso de la celebración y es una especie de respiro para toda la asamblea. Es una pausa en el camino de la celebración que nos permite interiorizar la palabra escuchada y prepararnos fuertemente para la Plegaria Eucarística.
¿Cómo se cante el canto de la presentación de dones?
No necesariamente este momento debe ser cantado. Existen tres posibilidades musicales que puedes tomar en cuenta como músico para esta parte de la celebración:
Durante mucho tiempo, quienes cantamos en Misa hemos empleado mal el lenguaje al decir: el canto de ofertorio. Este momento litúrgico trata de la presentación de dones, no de la ofrenda del sacrificio de Cristo que se realiza a través de la Plegaria eucarística. Hasta este momento el pan y el vino son únicamente dones que el pueblo congregado presenta al Señor para ser ellos, más tarde, el Cuerpo y Sangre del Señor. Estamos solamente preparando los dones, así como Cristo lo hizo. Además del pan y del vino, tiene cabida otras posibles ofrendas. Puesto que no podemos arrancar nuestro corazón y depositarlo sobre el altar, damos algo nuestro, como el dinero o las cosas materiales. En este momento tu propia vida es la que entregas el Señor, tus sueños, tus anhelos, tus problemas y también tus miserias, porque cuanto más valioso sea nuestro obsequio, más expresará nuestro amor.
¿Qué función tiene el canto de la presentación de dones?
Está colocado entre la Liturgia de la Palabra y la Plegaria eucarística. Es un momento menos intenso de la celebración y es una especie de respiro para toda la asamblea. Es una pausa en el camino de la celebración que nos permite interiorizar la palabra escuchada y prepararnos fuertemente para la Plegaria Eucarística.
¿Cómo se cante el canto de la presentación de dones?
No necesariamente este momento debe ser cantado. Existen tres posibilidades musicales que puedes tomar en cuenta como músico para esta parte de la celebración:
a. La primera posibilidad es hacerlo todo en silencio o con música de fondo, dándole un reposo al alma y a nuestros sentidos. Deberá cuidarse entonces que las piezas interpretadas por el instrumento no estorben no roben esa paz que debe existir.
b. La segunda posibilidad es el canto. Aquí hay que señalar que los cantos que se elijan para ese momento de la Misa los debemos revisar a conciencia en su letra y en su música. Ellos no deben insistir en el aspecto de ofertorio, sino en el aspecto de donación o entrega, o bien, de la alegría por sabernos hermanos reunidos en torno de Cristo o también pueden ser cantos que prolonguen el contenido entregado por Dios en la palabra o el que se está viviendo en determinado momento litúrgico. Se recomienda que sus arreglos musicales sean suaves y bellos para que ayuden a destacar el momento de reposo del que ya hablábamos. Este canto puede ser interpretado únicamente por el coro, con lo que adquiere el mismo sentido que la música de fondo, o puede ser cantado por toda la asamblea, lo cual no se debería hacer muy a menudo, ya que la obliga a estar activa, cuando aquí la asamblea debe tener ese momento de reposo que ya comentamos.
c. La tercera posibilidad es recitar en voz alta las plegarias de presentación de dones y que el pueblo conteste lo que le toque responder en ese momento: “bendito seas por siempre, Señor”. Ello evidentemente no se debe hacer cuando haya música de fondo y mucho menos si se esta cantando. Cualquier posibilidad que tú elijas para ese momento, recuerda que no debe alargase más allá del tiempo que se tiene destinado para ello.
Más información al Respecto:
Este canto es como su nombre lo indica es distinta de la ofrenda del sacrificio del rito que se realiza a travéz de la Plegaria Eucarística. Es un momento de la celebración entre la Liturgia de la Palabra y la Plegaria Eucarística. Puede vivirse como un momento de respiro o de transición entre la liturgia de la Palabra y la Liturgia Eucarística, por lo que se puede acompañar: con el silencio de la Asamblea que escucha las palabras pronunciadas por el celebrante sobre el pan y el vino; con un canto adecuado a la preparación de los dones; con música instrumental adecuado[esto último en la medida que se pueda no hacerla]. El canto de presentación de ofrenda acompaña la procesión de ofrendas y la presentación de los dones. Debe ser una preparación a la Eucaristía, por lo que su función es sensibilizar a la asamblea y una acción de gracias que abre a la plegaria Eucarística.